INROCKUPTIBLES : « LA INTELIGENCIA »

París, 11de feb (ALP / 10 h 05) — Recibimos de la revistas « Les Inrockuptibles » este llamado para hacer circular por mail.

Buenos días,

Para federar las movilizaciones cada vez más fuertes, pero aún muy dispersas y fragmentadas, que surgen de los sectores de la cultura y del saber, frente a los ataques regulares, a los recortes presupuestarias y a las amenazas del actual gobierno, el periódico cultural Les Inrockuptibles lanza un "llamado contra la guerra a la inteligencia". Ustedes encontrarán aquí el texto de este llamado que será publicado el 18 de febrero en nuestras columnas. Sus firmas deben llegarnos lo más rápido posible (último plazo viernes 13 por la mañana) a la dirección de mail siguiente: appel@inrocks.com, con el nombre y apellido y actividad.

Les Inrockuptibles
Llamado contra la guerra a la inteligencia

Nada más cercano hoy a una universidad sin crédito que un laboratorio científico con problemas, nada más cerca de un discontinuado del espectáculo que un doctorado precario, un urgentista en alarma que un juez desbordado por los dossiers y los casos, que un psicoanalista prohibido de su ejercicio, que un arqueólogo privado de explorar, nada más cercano a un arquitecto que un abogado o un médico cuya libertad de ejercer está cada vez más enmarcada, nada más cercano a un desocupado que un artista en el Rmi, nada más cercano, en las salas vetustas que un profesor y sus estudiantes.

Todos estos sectores del saber, de la investigación, del pensamiento, del lazo social, productores de conocimiento y de debate público son hoy objeto de ataques masivos, reveladores de un nuevo anti -intelectualismo de Estado. Es la puesta en acto de una política extremadamente coherente a la que asistimos. Una política de empobrecimiento y de precarización de todos los espacios considerados como improductivos a corto plazo, inútiles o disidentes, de todo el trabajo invisible de la inteligencia, de todos estos lugares donde la sociedad se piensa, se sueña, se inventa, se cura, se juzga, se repara. Una política de simplificación de los debates públicos, de reducción de la complejidad: por o contra el velo? Psiquiatras o charlatanes? Un policía en cada escuela o profesores .tolerantes? Jueces de izquierda o canas severos? Francia de abajo contra las elites sapientes? Los artistas: perezosos o aprovechadores? Desde hace dos años, es larga la lista de las competencias y saberes prácticos despreciados, de los debates reducidos, amputados de su espesor y de sus contradicciones fecundas.

El gobierno Raffarin hace un uso simplista y aterrorizador de las famosas lecciones del 21 de abril: en plena crisis del Estado Providencia, en estos sectores más sensibles que son el Hospital y la salud, la escuela y la universidad , la justicia y el trabajo social, la cultura y el audiovisual público, en el momento de una fractura urbana sin precedente entre los ricos y apacibles de la ciudad y las periferias abandonadas, a la hora de una descentralización cultural acelerada y sin red y de una industria de la cultura que modifica en profundidad el paisaje intelectual, qué hace el gobierno? Entrega la arquitectura, el urbanismo y la construcción de un nuevo espacio público a los grandes grupos del BTP. Adelgaza los cuerpos intermediarios de la comunidad educativa suprimiendo los empleos de los jóvenes, auxiliares de educación, enfermeros, cuidadores. Fragiliza el mundo del espectáculo en nombre de una reforma necesaria del régimen de la discontinuidad. Desmoraliza a las profesiones de salud y acelera la "fuga de cerebros" a universidades extranjeras. Aprovecha la jubilación de las generaciones del baby-boom para hacer desaparecer a los sectores de investigación, de las especialidades médicas, de las disciplinas educativas. Procede a recortes sombríos en los presupuestos del saber y de la investigación. Y resuelve el hacerse cargo de los "viejos" culpabilizando a las familias, el llamado al orden paternalista de los más jóvenes, y la supresión de un día feriado. Esta guerra a la inteligencia es un hecho sin precedentes en la historia de la nación. Es el fin de una excepción francesa: una simple mirada hacia algunos de nuestros vecinos europeos, a la Inglaterra post-tatcheriana o la Italia de Berlusconi permite sin embargo ver lo que ocurre con las escuelas, los hospitales, las universidades, los teatros, las editoriales al término de estas políticas que , llevadas en nombre del buen sentido económico y del rigor presupuestario, tienen un costo humano, social y cultural exorbitante y consecuencias irreversibles.

Lejos de constituir un movimiento de humor corporativista, este esfuerzo de las profesiones intelectuales concierne al conjunto de la sociedad. Primero porque la producción y la difusión de los conocimientos nos es tan indispensable como el aire que respiramos. Además, porque más allá de nuestros oficios , de nuestros saberes, de nuestras prácticas, nos ocupamos del lazo social, que relega más aún en los márgenes a los desocupados, a los precarios y a los pobres.

Y ahora? Con esta toma de conciencia se trata de compartir las luchas y las movilizaciones, de federar nuestras inquietudes, de intercambiar estas experiencias alarmantes, y de dirigir al gobierno una protesta solidaria, unificada, que emane de todos los sectores atacados por este anti-intelectualismo de estado que ningún partido político, de derecha o de izquierda, no ha emprendido aún la tarea de denunciar. Cada uno de entre nosotros debe continuar llevando su propias reivindicaciones, elevando sus propias defensas, pero debemos también interpelar colectivamente a nuestros ciudadanos sobre este desmantelamiento de las fuerzas vivas de la inteligencia.

appel@inrocks.com

No dude en hacerlo circular.




Traducción: Silvia Baudini