Varios años ya de insistir en el mundo del psicoanálisis, leyendo, escribiendo, concurriendo a charlas, congresos, grupos, cárteles, atendiendo algunos cuantos pacientes, llevando adelante mi análisis personal, trabajando en escuélas de psicoanálisis, unas y otras, Millerianas, Lacanianas, Freudianas.
Usando las herramientas que nos dejó esta teoría, en grupos políticos, artísticos, de trabajo... en fin, llevando un estilo de vida marcado por esas letras psi.
Ahora escribo esto y me pregunto ¿Y entonces qué? ¿Y ahora qué? y leo textos que hacen referencia a distintos sucesos de violencia ocurridos en francia (quema de autos) o sobre las recientes guerras en medio oriente y no puedo dejar de sentir cierta identificación con esa energía de ruptura mediatizada por el odio y la violencia en estos casos, identificación que en mi caso se traduce en estas palabras que cuestionan, que se esfuerzan por interpretar qué sucede, dónde está la resistencia que genera estos estallidos.
Identificación con ese "ser el resto", "lo que sobra", lo que no esta permitido, lo que no cesará de manifestarse de una u otra forma, a pesar de la honestidad brutal mostrada al mismísimo Otro social, mediante el trabajo, mediante el estar, poniendo palabra, diciendo, escribiendo... y sin embargo aqui estoy en los márgenes sociales, como muestra viviente de la falla, soportando a causa del letargo político que gobierna gran parte del mundo, tanto "Del Mundo" como de los mundos, psicoanalíticos, artísticos, lúdicos.
Como dice el folclore sobre el decir de los borrachos en las barras de los bares "¿qué, mi plata no vale?", ¿qué, mi trabajo no vale?, ¿mi palabra no cuenta quizá en este nuevo mundo regido por los comités de ética que proclaman a gritos la discusión permanente y el consenso? ¿acaso vislumbro el ocaso de esta falsa ideología del diálogo?
¿Pero y entonces qué? ¿Quemarlo todo como en Francia? ¿Perpetuar guerras ancestrales? No dejan de incomodarme estas ideas y entonces vuelvo a mi estilo, escribir sobre, analizar, hablar, escuchar el decir de los pacientes sobre su precaria estadía en este mundo, escuchar a otros analistas referentes, a otros políticos referentes, a otros artístas, escritores... pero nada me convence demasiado, no mucho más que estas líneas... el interrogante sigue alli, ya sea en la desazón de un trabajador, ya sea en la violencia de un proclamado guerrillero, sea civil urbano, o militarizado... o de un cineasta que filma todo esto y lo intenta transformar en algo artísticamente bello digamos, incluso ese camarógrafo de los noticiosos que cree mostrar la realidad tal cuál es.
No alcanza, nada alcanza, lo cotidiano sobrepasa todo, el supermercado pone precios, el supermercado de la música, de las películas, de los alimentos, de la vestimenta, y ningún discurso hace identificación ni lazo, los semblantes vacilan, se sotienen en ese vacilar eso si, "por suerte", como dice el cliché de todo psicoanalista. La cruda realidad del mercado se impone sobre todo semblante, ya no es la liviandad del significante, es el peso de los significados... estan los psicoanalistas ricos y los pobres, los políticos ricos y los pobres, los escritores y asi... esa línea no se franquea, alli nadie encuentra soluciones porque remitirían directamente a la castración, a la violencia primera que sostiene toda civilización y por la cuál admiten calladamente todos estos hechos de violencia mundiales, nadie quiere ceder, nadie quiere pagar.
Alli entonces se suceden metonimias discursivas convertidas en "las nuevas ideas", llámense comités, cárteles, grupos, asambleas, cooperativas, todos mecanismos tendientes a postergar una verdad que inevitablemente llegará tarde o temprano: la castración, la privación, el ceder o pelear, la barbarie o la nueva apuesta por la llamada civilización, alli donde se agrupan los despojados intentando resistir de a muchos, no dándose cuenta de que lo único que hacen es colaborar con esta postergación del don necesario para la vida, sea en objetos, sea en dinero, sea en palabra o en actos... o en actos de palabra.
Aqui mi refugio mientras tanto, mientras se espera, pacientes de la lentitud del sistema reconocedor y habilitador de valores sociales, de los inexistentes, por ahora, administradores del goce, que no alcanzan a contar todavía este plus... mi refugio del decir, mi refugio de palabras que ni siquiera me salva de la lluvia, mi refugio de la escucha, de la utilidad social de la escucha que aún no es escuchada como tal.
Maximiliano Perinetti.
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9 comentarios:
Y Deleuze?
Y Deleuze qué? No entiendo
¿Puede ser pecado mortal psicoanalizarse?
Creo que tal como posteás en tu blog, todo depende del "¿para quién?", para los nazis ser judío lo es, y asi, para cualquier totalitarista puede serlo.
Desde los totalitaristas a gran escala hasta los de pequeña escala como los "jefes" de familia o los grupos de trabajo, o cualquier grupo consolidado que dice "eso no sirve para nada, es tirar el dinero" o "eso no es un trabajo" o "para qué te vas a analizar, hablalo acá con nosotros", o un amigo o pareja "hablalo conmigo".
Y el problema se agudiza cuando la misma comunidad analitica, o las comunidades analíticas, tampoco hacen nada por sus colegas psicoanalistas del mundo, es decir, no es lo mismo ser psicoanalista en New York o Francia que en Argentina, o lo que digo sobre analistas ricos y pobres.
Es decir, encima de que el Psicoanálisis posee muchos enemigos y detractores que lo consideran pecado mortal y quieren tomar medidas para obstaculizar su desenvolvimiento, entre pares se esta perdiendo la ética de trabajo, la lógica capitalista se esta apoderando del psicoanalisis, dicho esto desde el discurso lacaniano sobre el capitalismo por supuesto.
En fin, mientras tanto uno sigue trabajando por una mejor calidad de Psicoanálisis, no quedan muchas alternativas...
Creo que la única y mejor manera de hacer es ubicarse como Psicoanalista ante el mundo pese a todo, un "yo hago esto, soy psicoanalista".
Muchas Gracias por tu comentario, más tarde me tomaré tiempo para leer tu blog con mayor detenimiento, Saludos.
Siempre festejo espacios que apuesten al psicoanálisis. Creo que al dar con tu blog, encontré uno de esos. Genial!
Supongo que el psicoanálisis no es, si no hay psicoanalistas que lo sostengan.
Saludos
Natalia Zito
Ni más ni menos Natalia, y para continuar con la apuesta, tengo que ponerme a escribir alguna cosa urgente porque desde hace tiempo tramito mucho por la palabra y poco por la escritura... una verguenza!
Gracias por leer y saludar con ánimos, luego me pasearé por tus letras... Saludos y ánimos para vos también! -
Es muy interesante lo escrito en el blog, pero al ver "uno sigue trabajando por una mejor calidad de Psicoanálisis, no quedan muchas alternativas..." me resuena un discurso capitalista. No pretendo cuestionarte, pero si pensarlo, ya que no se si lo que esta en juego es calidad, y si esa calidad viene a funcionar como semblante de psicoanalista, siempre para un otro (u Otro, ojo).
Soy un ex paciente con 20 años de perdida de tiempo en esa supersticion llamada psicoanalisis
Tambien soy sociologo
Y pregunto porque no dejan la sociologia para nosotros y se dedican a curar individuos como yo y otros que sufren incluso ustedes?
Bueno, venga, llame o escriba para una cita y trato de curarlo a usted... y ya que estamos, a individuos como usted y como nosotros... si es lo que digo, aquí estoy.
Saludos, gracias por leer y mucha suerte con quien sea... o como sea ;)
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